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Historia del tren El Transcantábrico

Bienvenido a nuestra página sobre la historia del tren el Transcantábrico. Aquí encontrará una narrativa detallada sobre cómo este tren de lujo se convirtió en uno de los medios de transporte más icónicos y deseados de España.

El Tren Transcantábrico fue fundado en 1983 con el objetivo de ofrecer una experiencia de viaje única a través de los paisajes más impresionantes de España. A lo largo de los años, el tren ha sido renovado y modernizado para ofrecer un servicio de lujo a sus pasajeros.

En esta página, podrá conocer cómo el Tren Transcantábrico se ha convertido en el icónico medio de transporte que es hoy en día, y cómo ha evolucionado a lo largo de los años. También encontrará información sobre los diferentes itinerarios y rutas que ofrece el tren, así como sobre los servicios y comodidades que ofrece a sus pasajeros.

Esperamos que disfrute de su viaje a través de la historia del Tren Transcantábrico. Si tiene alguna pregunta o necesita ayuda adicional, no dude en ponerse en contacto con nosotros. ¡Estamos aquí para ayudarlo!

El Inicio de la Historia

En el año 1983, un equipo de expertos de Feve, con Fernando de Estaban como presidente de la empresa, tuvo la innovadora y genial idea de crear un crucero sobre raíles, a bordo del mítico tren del norte de España.

La vía con una anchura de un metro hace posible un trayecto tan sorprendente como los paisajes que pueden observarse desde sus ventanas, llenos de contrastes entre el verde y azul, el mar y las montañas.

La idea era “crear un tren que atesorara, por una parte, los paisajes y territorios que recorría, y por otra, que fuera un estímulo capaz de crear una nueva imagen tanto en el exterior como en el interior de la empresa.”

Una vez definida la idea, la puesta en marcha del tren se consiguió en apenas cuatro meses gracias al esfuerzo que, tanto el personal de las empresas Ateinsa Y Temoinsa entre otras y los profesionales de Feve, llevaron a cabo para conseguir transformar antiguos vagones de 1920 y 1930 procedentes de los Ferrocarriles Vascongados, en desastroso estado, en un elegante hotel sobre ruedas compuesto por cuatro coches que estuvo finalizado en el mes de julio de 1983.

Travesía inaugural

Ese mismo mes se realiza una travesía inaugural, recorriendo el itinerario La Robla – Cistierna – León. En la capital leonesa se dieron cita las autoridades estatales, autonómicas y locales para festejar el evento y saludar una incitativa que había asombrado tanto a la población local como al resto.

El primer viaje con pasajeros entre León y Ferrol tuvo lugar poco tiempo después, recorrido que cruzaba el norte de Castilla y León para luego llegar a Vizcaya y avanzar a continuación por toda la costa del Mar Cantábrico hasta tierras gallegas.

Quedaba así consolidada la ruta ya habitual de El Transcantábrico, vinculada a dos caminos de peregrinos jacobeos: el Camino Francés, por tierras castellanas y leonesas y el Camino Norte o de la Costa, al borde del mar. Durante los años ochenta el tren se fue dando a conocer, tanto a nivel nacional como fuera de nuestras fronteras.

El cambio de los años 90

En los noventa dió inicio con un sustancial cambio en la ruta de El Transcantábrico. Gran parte del trazado del Ferrocarril de La Robla, desde Bercedo, en Burgos, hasta Matallana, en León, se cerró a los trenes de viajeros por motivos de seguridad, dado el deplorable estado de la vía. En el año 1993 se reabría el trayecto desde Matallana hasta la leonesa Cistierna, y en 1994 desde ésta última hasta Guardo, ya en Palencia, gracias al pacto entre el entonces Ministerio de Transportes, la Junta de Castilla y León y la compañia de Feve.

Mientras tanto, El Transcantábrico, había definido una nueva ruta. Ahora los trenes al llegar a Bilbao no giraban hacia el interior como en los años anteriores, sino que continuaban hasta San Sebastián, haciendo uso del trazado de Euskotren, el ferrocarril de la comunidad autónoma vasca. A pesar del evidente atractivo de la capital guipuzcoana, el tren debería volver a circular un día por el Ferrocarril de La Robla, pues esta ruta formaba ya parte de su identidad.

Inclusión de coche dotado de Suites

El tren Transcantábrico continuó mejorando sus servicios y posibilidades, así como su implantación. En el año 1998 Feve construyó el primer coche dotado de cuatro compartimentos suites, pues hasta el momento los pasajeros se habían alojado en compartimentos provistos de literas, compartiendo por cada tres habitaciones un baño común.

La demanda de El Transcantábrico fue creciendo a lo largo de la decada de los noventa, consecuencia de la mejora en las prestaciones y de una mayor especialización de los servicios turísticos y hosteleros.

Para poder cubrir este incremento de la demanda, se construyó el Transcantábrico II en los talleres de Feve en Asturias, un “hermano gemelo” que duplicaba el número de plazas. Este nuevo tren fue inaugurado el 18 de mayo del año 2000, obteniendo ya desde ese periodo unos buenos resultados en sus índices de ocupación. Ambos trenes se cruzan a mitad de camino, aproximadamente a la altura de la localidad de Llanes en Asturias, creando una postal imposible de reproducir y única en el mundo.

En el 2002 se incluyeron Suites

Las mejoras técnicas siguieron, y desde el año 2002 todos los compartimentos de El Transcantábrico pasaron a ser suites.

Tras unos años de caída en la demanda, se produjo una recuperación a partir del 2004 que ya no se detendría en los años siguientes: En 2007 se consiguieron los 2.500 pasajeros, con un crecimiento del 50% sobre 2003.

Este importante aumento se debió, entre otras cosas, a un mejor aprovechamiento de las plazas vacantes; a una mayor dedicación en la oferta gastronómica ofrecida a lo largo de la ruta; a una política comercial más ambiciosa tanto en el ámbito nacional como internacional; a la recuperación de la figura del Jefe de Expedición, suprimida en años anteriores; y, en general, al esfuerzo continuado de la compañía para incrementar el cuidado, las prestaciones y servicios que se ofrecen a los clientes, que, en un producto de estas características, demandan con toda justicia servicios de alta calidad.

Certificaciones obtenidas

Prueba de estas mejoras fue la obtención en 2005, mantenida y respaldada en los siguientes años, de dos certificaciones que avalan la excelencia de El Transcantábrico: la “Q” de Calidad que otorga el Instituto para la Calidad Turística Española, ICTE, concerniente a la vertiente hostelera del tren; y la certificación ISO 1900/2000, que garantiza el buen servicio al cliente, acreditada por BVQI, líder mundial en certificaciones de calidad. A estas certificaciones se añaden varios premios, entre los que destaca el Trofeo Internacional de Turismo, Hostelería y gastronomía “New Millennium Award”.